Un cuadro
llamado naturaleza
No se me ocurre mejor homenaje que escribir sobre aquel maravilloso
lugar al que debo mis raíces. Hijo de madre felisaria, nieto de abuelos
felisarios e incluso bisnieto. Y es que mi unión con Felix, se produce mucho
antes de que tuviera consciencia.
Ya durante mi infancia,
esperaba con ansia aquellos preciosos días en los que recorría sus veredas,
bancales y campos de almendros en flor. De la mano de mi padre, me empapaba del
enorme regalo que nos ofrece la naturaleza.
Esperar en una poza que un jilguero bajara a beber, sentir el vuelo
sedoso de las mariposas al danzar entre las amapolas o disfrutar del olor de
los tomillos cuando estaban en flor. Recuerdos lejanos que a día de hoy, revivo
con las mismas ganas.
Poco a poco el tiempo iba pasando y lo que en principio era una
indomable pasión por la naturaleza, se convirtió en una manera de ver la vida.
Soy Rubén Tarifa Murcia, estudiante de Biología de la Universidad de
Granada y enamorado del pueblo. De aquí en adelante me enfrentaré a un reto que
me llena de ilusión. Mi objetivo será dar vida a golpe de mochila y libreta, a
ese gran número de seres que habitan los campos del pueblo. Golondrinas,
abejarucos, orquídeas o azaleas, pasarán a ocupar el lugar que se merecen.
El primer plano de un cuadro con en el que tenemos la suerte de convivir. Porque la naturaleza es algo que hay que
conservar, y para ello, hay que conocer todas las pequeñas piezas que mueven su engranaje.
La flora y fauna de Felix
se destapa ante todos como algo vivo, lleno de colores y de historias que
contarnos.
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