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7 jun 2009

Los Azufradores de Felix (Almería)

Uno de los Oficios más tradicionales de Felix (Almería) fue el de los Azufradores. Desde principios del Siglo XX cada año por las mismas fechas, los Hombre de Felix iban a azufrar las viñas de las principales Regiones vinícolas de España. Los Azufradores iban a azufrar en Extremadura, en Ciudad real, Toledo, Valladolid, Palencia, Burgos, Soria y otras provincias del Norte y Centro de España. Los Azufradores Felisarios estuvieron azufrando desde principios del siglo XX hasta finales de los año sesenta, durante la época del azufre, que comenzaba a principios de mayo y finalizaba a finales de julio.

Los Azufradores estaban organizados por cuadrillas de varios hombres, que estaban a cargo del Jefe de dicha cuadrilla. Este Jefe de Cuadrilla se encargaba de tratar con los Propietarios de las viñas, buscar a los Azufradores, comprar el azufre en la fabrica de Venamaurel (Granada), enviar el azufre por tren hasta los pueblos donde se azufraba, cobrar a los Propietarios de las viñas los trabajos realizados y pagar los gastos y los sueldos de los Azufradores. El azufrado de las viñas se cobraba a los Propietarios de las viñas por cepa azufrada. Normalmente se cobraba entre 7 y 10 céntimos de Peseta por cepa, que había que azufrar un par de veces. Por su parte, los Azufradores cobraban entre 20 y 30 pesetas por la jornada de "sol a sol".



Antes de partir hacía el Azufre, las Mujeres de los Azufradores les preparaban las maletas de madera o los sacos, con apenas dos mudas de ropa y algo de comida y tabaco para el viaje. Estas cosas las compraban fiadas en las tiendas del Pueblo y después se pagaban cuando los Azufradores volvían del Azufre. Para llegar hasta los lugares donde azufraban, los hombres se iban de Felix en la "Pasajera", hasta la Ciudad de Almería. En Almería esperaban hasta la tarde-noche para coger el tren que les llevaba hasta la estación de Atocha en Madrid. Estos trenes iban remolcados por dos locomotoras de carbón, una delante del tren y otra detrás. Los Azufradores viajaban en el tren donde podían, unos sentados en los asientos de madera, otros en el suelo o en los pasillos e incluso en los baños de los vagones, cuando no había otro sitio. El tren llegada a la estación de Atocha de Madrid sobre las ocho de la mañana del día siguiente. En esta estación se bajaban los Azufradores "negros" del humo de las locomotoras de carbón y tomaban el metro hasta la estación de Norte. En esta estación del Norte de Madrid tomaban los trenes que les llevaban hasta la Capital o Pueblos importantes de las Provincias de destino, donde cogían los autobuses de línea que les llevaban hasta las localidades donde tenían que azufrar. En el mejor de los casos, el viaje desde Felix hasta estos lugares duraba 2 ó 3 días.

Ya en los Lugares de faena, para llevar el azufre, los utensilios y la comida hasta las viñas usaban un burro que les dejaba el Propietario de las viñas. La jornada comenzaba sobre las seis de la mañana y estaban en las viñas azufrando hasta el anochecer. Para comer, hacían arroces o migas en la misma viña, acompañadas con algo de vino del lugar. El trabajo consistía en cubrir las cepas con azufre, usando un tubo de azufrar (cono de hojalata que tenía en la parte más ancha unos agujeros con unos hilos por donde salía el azufre), que permitía extender el azufre de manera más o menos uniforme en los tallos y los racimos de las cepas. Después de terminar la jornada, los Azufradores recogían los aperos y volvían a los Pueblos, donde cenaban en las posadas y después se iban a dormir, Unos, los más afortunados, en las mismas posadas, encima de un saco de paja y Otros en las cuadras o pajares, encima de la paja. Al día siguiente, muy de madrugada se levantaban y otra vez al tajo. Así, un día tras otro, hasta que azufraban todas las viñas de la zona. Después se desplazaban a otras zonas para seguir azufrando. Así, hasta terminar la temporada del azufre allá por el 25 de Julio, que volvían a Felix, usando los mismos medios de transporte que había usado para llegar hasta esos lugares.


En estas temporadas de trabajo, fuera del Pueblo, los Azufradores ganaban unos dineros que servían para pagar lo fiado en las tiendas del pueblo e ir tirando durante algún tiempo hasta que salía otro trabajo. Estas temporadas del Azufre, a pesar de las malas condiciones de trabajo, significaron una sustanciosa entrada de dinero en el Pueblo, que permitió a las familias sustentarse, en épocas difíciles, como la Posguerra Civil española.

Sirva esta pequeña narración para rendir un Homenaje a todos estos AZUFRADORES de Felix (Bisabuelos, Abuelos, Padres, Tíos y Conocidos de muchos de Nosotros), que tuvieron que salir del Pueblo, durante tantos años, para poder mantener a sus Familias.

Autor: Fco. López

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